¿Se debería continuar el blog?

lunes, 3 de diciembre de 2012

Capítulo 6 :

La noche al final resultó ser rara. Incluso descubrí que mi móvil es adicto a recordarme cosas, tal vez, dolorosas. Cuando lo cogí, me salió un archivo, al parecer viejo, pero mi mente, sin embargo, no lo recordaba así. Yo lo recordaba demasiado nítido.

Estoy agobiada, mucho *icono llorando*
¿Me raptas?
Sí, espera, que estoy de camino ya
Lo siento, chico WA, pero no te veo... ¡Me indigno!
Pero si estoy detrás tuya...

Recuerdo ese minuto de impaciencia hasta que me volvió a contestar.

¡Dubliblú! ¿Sigues ahí?
Sí, sí, perdón... Es que soy idiota y he mirado...
Joder, me encantaría estar allí, ya lo sabes.

Bloqueo el móvil. Como ya he dicho, no me hace falta un archivo para recordar esos detalles.
                                                              +++

No hay nada como salir un sábado y quedarte el domingo todo el día sin hacer nada en casa, aparte de limpiar los cuartos. Pero antes de empezar, ya que mi hermano aún está preparando el desayuno y esto va para rato, tengo tiempo. El primer pensamiento que tengo es en ir a hablarle, pero es que ya le hablé (yo) ayer (aunque si mi instinto no me falla, ¡y eso espero! me pasé toda la noche con él) y no voy a hablarle ahora también, voy a ser una pesada. Además, no me ha dicho nada de anoche...

¡Vamos a jugar a un juego!
¡Compresa!
No tía, no son las palabras encadenadas...
Boh. ¿Y qué juego es?
Vamos a actualizar una canción... ¡Venga, ahora, dale el play!
... Ana, ¿tienes complejo de Maldita Nerea o qué?

-¡A desayunar, enana!

Me levanto del sofá y me siento en el taburete.

-¿Qué tal lo pasasteis vosotros ayer?

-Pues bien. No nos recogimos muy tarde, pero hay algo que no me cuadró en toda la noche.

Le insto con la mirada a seguir, mientras voy bebiendo del vaso de leche caliente con nesquik.

-Toni no se lió con ninguna, ¡y no soltaba el móvil en toda la noche!

Mis ojos se han desorbitado e intento tragar el líquido (¡no hay que pensar mal!) de la boca.

-No me esperaba ese de Toni...

-A lo mejor está madurando, como una manzana... -me mira y se ríe él solo.- Vale, vale, voy a darle un último repaso a unos apuntes y nos vamos por ahí, que paso de limpiar hoy -y se va hacia su habitación.

Un archivo.

Dame un consejo que sirva en general...
No te fíes ni de tu sombra.
Eso significa que de ti tampoco.
De mí sí, yo soy más que tu sombra, soy parte de ti.

Me trae buenos recuerdos. Siempre lo diré, las conversaciones serias siempre empezarán y acabarán con una chorrada. ¿Y qué? Solo hay que saber cuando hay que estar seria o estar de broma.

Me ha dado un escalofrío, aunque le quito importancia, ya que hace muchísimo frío hoy. El sonido de una llamada al móvil me disuelve los últimos pensamientos.

-No hables, ¿vale? -un suspiro con una voz temblorosa. Parece que ha ensayado ésto ya varias veces- Parece mentira, pero tengo miedo, mucho. Miedo a cagarla y que se produzca el distanciamiento completo. Porque estamos bien, no te lo niego, ¡y me encanta! Pero sé que cada vez van fallando más cosillas y nos estamos acostumbrando a estar más tiempo sin hablar, a callar cosas que antes no dudábamos en decir... ¿Por qué? Y si te digo la verdad, hay veces que me he planteado alejarme por completo, ni tan siquiera dejar que pueda llegar a ser un recuerdo para ti...-un nudo en la garganta. Noto cómo mis ojos se van llenando de lágrimas poco a poco, y a él se le quiebra la voz.- Y vuelvo a tener miedo. Porque noto que poco a poco nos hemos ido perdiendo, y no sé las causas. Y ya no puedo seguir así, o tal vez sí. Pero la cosa es que no quiero. Pero no sé qué hacer... Soy un estúpido. -Silencio. Por fin, vuelve a hablar.- ¿Andrea, sigues ahí?

Álvaro me ha dejado sin palabras, y no entiendo porqué, si eso es para Ana, a mi esas palabras, me han llegado tan hondo. ¿Los "infiniti" de verdad existen, o son solo cosas que se dicen sin pensar y sin sentir?

jueves, 8 de noviembre de 2012

Capítulo 5 :

-¡Venga, Toni, joder!

-¡A mi no me estreses, Marcos, que te doy una hostia!

Ambos van cargados con bolsas de la compra. Ya las han cogido del maletero y lo único que tienen que hacer es dejarlas en el ascensor. Pero hay un desequilibrio notable en la cantidad de bolsas que lleva cada uno, ya que Marcos lleva dos y Toni tres, consiguiendo que éste tenga que hacer casi malabares para que no se caiga la del medio con los productos.

-Tú y tu estúpida manía de las bolsitas estilo americano. -refunfuña Toni, una vez que ya están subiendo en el ascensor.- Bueno, tío, ¿y qué vamos a hacer hoy? -le da un codazo, guiñándole el ojo.

-Yo seguir estudiando, y tú... -se encoge de hombros.

En ese momento se abre la puerta del ascensor. El pitufo (que ya solo tiene de eso el blanco de los ojos), abre acto seguido la puerta de la casa y deja paso al pelirrojo. Éste va cargado con las tres bolsas que deposita en la encimera de la cocina. Se pasa la mano por la frente en un gesto exagerado de esfuerzo.

-Si claro, encima que te hago el favor de...-un sonido que proviene del móvil, le distrae y se calla. Después de leer dicho mensaje, continúa hablando, pero ésta vez tiene una extraña sonrisa.- No, mejor nos vamos de fiesta al "Boston".

-Eh... ¿Pero se te ha ido ya la cabeza del todo? Andrea está a punto de llegar... -y en ese momento, cuando señala la puerta de la calle, aparece Andrea frotándose las manos, por el frío.

                                                                         +++
Se escuchan voces desde detrás de la puerta. Si no me equivoco pueden que sean mi hermano y el insensible, plasta y mujeriego de Toni. En el fondo me cae bien, pero es tan en el fondo...
En cuanto entro, los veo en la cocina y solo alcanzo a escuchar la última frase de Marcos "...y además, que ella va a ir al Boston también." No quiero ni pensar que lo que está pasando por mi cabeza vaya a ser verdad, así que intento olvidarme de ese pensamiento cuanto antes.

-¡Pásame un vaso de agua, que tengo que ir a arreglarme cuanto antes!

-¡Enana, un respeto, que ahora estás hablando con "Los chicos Ray-Ban"! -dice Toni, muy convencido, mientras me guiña el ojo al final de la frase.

-Es cierto. Dos chicas nos han llamado así cuando estábamos en el super, de compras. -se encoge Marcos de hombros, mientras me da mi tan ansiado vaso de agua.

No salgo de mi asombro. Sí que sabía que ambos no se despegan de sus Ray-Ban, pero de ahí a ese nuevo mote... Así que termino por reírme a carcajadas delante de ellos. Mi mirada va directa al reloj que hay encima de la nevera, que me da a entender que tengo que darme prisa ya.

-Así que esta noche iremos al Boston sobre las once y media o por ahí. -El agua que había en mi boca sin tragar aún, se impacta sobre la camiseta de Toni.

Nuestras miradas se clavan, ya que sé de sobra que esa idea es iniciativa suya, y no de mi hermano. La mía es de odio, reproche. La suya, por el contrario, es burlona y victoriosa. Él gana. Me levanto y me voy hasta mi habitación.

Al cabo del rato ya he terminado de arreglarme y quedan escasos minutos para irme hacia el Boston. Aprovecho para fijarme mejor en mi hermano, ya que parece que el plasta ha decidido irse a su casa a arreglarse. ¿Cuántas caerán esta noche? Marcos va genial. La ropa que tenía de marca la ha sacado del armario y le queda estupendamente.

Bip. Bip.

No me quieres... ¡Y eres un soso, que lo sepas!
Es cierto, no te quiero. Eso ya se me queda corto...

Respira. Y deja de sonreír.

Pues antes no decías eso, cuando casi me caía de la cama por la noche...
¡Es que tú también te reías de mi cuando se me quedaba el pie dormido! *carita llorando*

Esto me recuerda a algo. El chico nuevo, Iván, parecía que tenía conexión conmigo. Cuando yo contestaba "al chico WA" (cómo le he apodado), sonaba el de él, y así todo el rato. También he advertido, que fue el mismo chico que me hizo enrojecer delante de mi hermano el día de la pizzería de Sto. Domingo.

-¡Bueno, pitufo, yo ya me voy! Ahora nos vemos. -me pongo algo de puntillas y le beso la mejilla, antes de salir de ahí deprisa.

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Ya está bastante entrada la noche, ¿cómo puede ir tan guapa? He hecho bien al final en venir al Boston. Aunque hay mucho ruido y poca luz, la puedo escuchar y ver perfectamente. Una lástima que se tenga que ir dentro de poco. Pero espera, ¿por qué se acerca ese chico tanto a mi princesita? Eh... Espero que no la bese. ¡¿Pero qué estoy diciendo?! Por mí como si la besa. Yo no siento nada por ella. Voy a buscarme una copa.

****
¡Gente! Siento muchísimo haber tardado tanto en publicar. Espero que os guste el nuevo capítulo, y empecéis a darle vueltas a quien es el chico WhatsApp. ¡Qué cosas más bonitas le dice a Android, aish! Aunque me ha dicho un pajarillo, que pensáis que es Iván o Adrián. ¿Quién sabe?
¡Espero que sigáis el blog o me dejéis un comentario diciendo cómo va la historia y tal!
miniLittleM.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Capítulo 4 :

-¡Que no, que es super fuerte, solo que no me haces caso!

Yo solo puedo sonreír. Es un momento donde está todo el grupo de amigos reunidos y se hablan a la vez de diferentes temas, solo que yo no estoy participando en ninguno, pero presto atención a uno de ellos en especial, hasta que se hace el silencio y todos escuchamos ese, intrigados.

-¡Y claro, estoy ahí, descifrando por las vocales si aún le gusto o no...!

- ¿Por las vocales? No le encuentro sentido... - Me siento encima de una amiga, con la cámara en las manos.

-Joder, Android, pesas, eh...

-¿Veis? Si es que no me hacéis caso... -refunfuña Ana, que es la que sabe todo el tema sobre las vocales.

-¡Es que si hablas todo el día, es normal que estemos cansados de escucharte! Con amor, eh... -Álvaro, que está sentado en el césped, nos hace reír a todos con lo último, a sabiendas que con todo lo que ha dicho, Ana se picará.

-Paso de ti, chaval...-le hace un gesto con la mano, indicando que le importa más bien nada, así que prosigue con su historia.- Pues como iba diciendo antes de que me interrumpierais... -Rueda los ojos- Es que es la regla de las vocales. Probemos con un ejemplo... -Piensa dos segundos.- ¡Venga, con el nombre de "Andrea" mismo!

-¡Venga, sí, no te jode!

-Orgh. ¿No puedes estar callada, eh? ¿Va en contra de tus principios o algo, enana?

Yo directamente le suelto un par de palabritas mal sonantes, que secundan los demás entre risas y vítores, incluso la misma Ana se nos une, pero todos terminamos como empezamos, callados, dispuestos a saber de qué va la cosa de la "regla de las vocales". Las siete personas que estamos allí reunidos, miramos a Ana, que no se siente para nada intimidada.

-Andrea, sí. ¡Y que os calléis! -nos mira de uno en uno, dispuesta a tirarnos piedras si hace falta.- No tiene porqué ser un nombre, vale cualquier palabra. ¡Empecemos! -se coloca bien- "A- Un saludo, sin más. AA- me caes bien. AAA- me gustas. AAAA- te amo. Y si hay más de cuatro 'A', eres imbécil y te aburres o...

Pasa un minuto. A todos nos había hecho bastante gracia la historia de las vocales. pero la continuación no llegaba y todos estábamos empezando a exasperarnos.

-¡Es que no puedo con esta niña! Cuando habla y se le escucha, se calla, y si no la escuchas, no para de hablar. Boh.-Niega con la cabeza.

Álvaro consigue de nuevo sacarnos a todos unas carcajadas.

-¡No os riáis, pero es que no sabía cómo continuar y me estabais prestando tanta atención que...! -Ana se había puesto roja e intentaba taparse la cara con las manos.

Después de hablar un rato más, cada uno vuelve  a su tema de conversación. Germán y Álvaro, tirados en el césped, hablan sobre fútbol (en otra ocasión, me hubiese unido a ellos.) Ana y Claudia, que me tiene sentada encima mientras examino las fotos de la cámara, hablando sobre los dibujos que ha traído Giulia en su carpeta, para que los viésemos, y mientras, ella está dibujando a Carla, que no puede parar de leer un libro que le ha enganchado mucho y le presté por la mañana. Adrián es el único que está a su bola, solo, mientras habla con alguien por el móvil, así que me levanto y me siento junto a él, sonriendo, divertida.

- Uy, ¿con quién hablas? -le doy un codazo y le guiño, divertida.

Me enseña de pasada el nombre, que está encima del número. Un extraño escalofrío me recorre toda la espalda y es que tengo la sensación de verlo constantemente en mi WhatsApp, aunque el nombre no me ha sonado para nada.

-Lo tengo que comprobar... -susurro, más bien para mí misma, pero Adrián tiene un oído demasiado fino y me ha escuchado.

-Andrea, ¿pasa algo? -arruga la frente mientras me mira fijamente.

-¡Qué va! -le doy un codazo y me levanto, de una forma ágil, mientras repaso las conversaciones abiertas. Pero en ese justo momento, se escuchan gritos de los chicos, que se levantan rápidamente y van hacia alguien.

-¡Bien, por fin has llegado!

Lo único que alcanzo a ver (y eso que estoy de puntillas) es una sonrisa y unos ojos clavados en mí. Pero aparto la mirada y miro el móvil.

Te quiero
Oh, ¿lo prometes?
¿Lo dudas? *carita indignada*
¿Y cómo puedo saberlo, eh, eh? *carita indignada también*
Porque las promesas de enanas son las que valen de verdad.

Y ya no sé si las coincidencias existen...

lunes, 24 de septiembre de 2012

Capítulo 3 :

"Yo también soy consciente de que el tiempo pasa. No hace falta ser un genio para volver a mirar atrás y decir 'si hace nada que...'. Y es tan simple, como que hace escasos días (estamos hablando de hace un mes o por ahí), estaba bronceándome aún con el sol, mientras paseaba después de comerme una pizza en Sto. Domingo junto con Marcos. Ahora, por el contrario, no me quito el pañuelo ni estando en casa. Mi ciudad, lo malo que tiene es que o hace un frío que te puedes morir o hace un calor sofocante que no puedes soportar. No existe término medio.
Pero volviendo al tema principal y es que nunca llegué a creer que llegaría a distanciarme tanto de él. Ya se han acabado los 'buenos días princesita' y los 'buenos días princeso', las sonrisas inesperadas que causan las palabras más simples, o mejor dicho, ya se han acabado las conversaciones. (...)"
Noto como los ojos se me llenan de lágrimas al volver a releer todas esas palabras en una hoja cualquiera de una libreta que utilizo para matemáticas. Por suerte, el sonido del timbre hace que espabile y estoy a punto de levantarme e ir a abrir.

-¡No te vayas a mover, vayas a lesionarte!- mi hermano acaba de aparecer en escena. Lleva puestas las gafas de lectura, así que supongo que ha estado estudiando hasta ese momento.

-¡Boh, chúpame un pie, pitufo!- digo, como réplica, divertida, mientras observo escondida detrás del sofá, quién es la persona que ha llamado.

-¡Qué pasa tío! -Y después de un abrazo que a cualquiera dejaría sin respiración, repara en mí.- Ah... Con lo pequeñita que eres, no había reparado en ti, Android... -con una gran energía, me despeina, riéndose.

En esa ocasión no me digno a darle una contestación, pero con un resoplido está más que satisfecho, ha conseguido lo que quería: sacarme de quicio.

Ha sido lo único que ha conseguido que me levante en toda la tarde (se está tan bien en el sofá mientras ves una serie en inglés...), así que decido ir a escuchar música a mi habitación. Al entrar, me asombro del extraño orden que tiene. Mis ojos llegan a posarse como si de una brújula se tratase, en el corcho que cuelga de la pared y está lleno de fotos. Salgo con mis padres y Marcos en algunas, otras estoy con mis amigas, otras yo sola o con Marcos, en otras está Toni... Ahora que me fijo, no ha cambiado mucho, pelirrojo y ojos verdes, esa tez morena y el acento italiano que tanto me gusta. Lo que menos ha cambiado, es ese tono capullo de siempre, pero me alegra que sea el mejor amigo de mi hermano y que esté ahora en mi casa,  así Marcos deja de estudiar un rato. Estoy a punto de apartar la vista del corcho, cuando en letras de diversos colores y en mayúsculas veo que la frase va precediendo el resto de cosas.

"Él dice que soy su droga, o más bien su metadona."

Los recuerdos me golpean como un jarro de agua fría, a traición. Hoy no es mi día. Esa frase la saqué de un libro y se la pasé corriendo, como él solía hacer conmigo, como hizo con la foto de "buenos días, princesa". No le dije que era un libro romántico, ya que se reiría de mi, (nunca consigo convencerle de las cosas. Como con la película de 3MSC o Enredados...) pero me dijo que él pensaba eso justo de mí. En ese momento agradecí que no me estuviese viendo, ya que estaba roja cual tomate. Pero aunque todo iba genial, aquella fue una de las últimas conversaciones que recuerde que tuviésemos y que puso punto y final.
Ya no evito que el nudo de mi garganta haga impedir las lágrimas, dejo que broten como si se tratase del río Guadalquivir y estuviese fluyendo.

No seas tonta, sabes que todo va a salir bien 
Y tú sabes que es muy fácil decirlo. ¡Me estoy jugando una beca, jo!
Bueno, pues yo te agarraré la mano, así que no te asustes si notas un hormigueo...
¡Qué bonito, jo! Después dices de mi... *carita sonrojada*

Después todo pasó muy rápido. Yo estaba en una nube, pero por cualquier cosa aquellas palabras me llegaron muy adentro y empecé a llorar, como una niña pequeña.

Ey... Princesita... No te pongas así, yo no quería...
Vete. No quiero hablar más contigo.

Al día siguiente, antes de la prueba de artes, estuvimos hablando y lo solucionamos. En mitad del examen, me acordé y sentí ese hormigueo que él me había dicho.
Pero ya no he vuelto a hablar más con él de verdad, tal vez un "¡Hola! ¿Qué tal?", nada de pasarnos las horas hablando juntos, nada. Ahora solo existe esa sensación de vació y de molestia. De vez en cuando aún tengo esa tentación de hablarle, suplicarle perdón por lo que sea, de gritarle que le echo de menos y que vuelva a ser (para mí nunca ha dejado de serlo) lo mejor que me ha pasado...

En línea.
TE ECHO DE MENOS Y NO SABES CUANTO...

Mensaje borrado. Y eso es como un ritual de todos los días. Ya no le doy más vueltas, sé que ha encontrado a otra princesita.
Y el tiempo pasa. No cometas tú el error de perder a una persona que lo era todo para tí. Por que sí, hablamos de vez en cuando y no tendría que quejarme. Pero antes tenía tiempo, ahora solo tiene secretos para mí.
Entre tanto pensamiento, me he colocado el chándal.

-Toni, voy a salir a dar una vuelta. Dile a mi hermano que vuelvo lo antes posible. -Y cierro, sin esperar una respuesta.

Una vez sola por la calle, mientras ando, cojo los puños de las mangas de la sudadera. Quiero un milagro, si tal vez...

****

No sé si os gustará, creo que no. Es un poco lioso pero no he conseguido explicarlo mejor. Pero te lo dedico a ti, chica perdida entre gigantes. Porque quiero que te des cuenta que eres super especial, y que aunque te veas tan pequeña, después serás la más grande de todos. No te rindas y no llores. Porque eres genial, así de simple. 
También te lo dedico a ti, lector. Que me sigues en estos tres capítulos y que espero que disfrutes. Ya te digo. No cometas tú el error, uno de tantos... Pero elige cuál es el tuyo.
- No olvidéis dejarme vuestros comentarios, que todos podéis, con vuestras opiniones -
miniLittleM.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Capítulo 2 :

Los recuerdos asaltan en este momento mi cabeza. Entre el calor que hace y que más roja no puedo estar, las cosas no podrían ir peor. Vuelvo a mirar de reojo, asomándome desde la espalda de Marcos, el cual todavía no ha salido de su asombro. Pero el mismo sonido que me ha acompañado durante todo el camino, hace que lo olvide todo en ese momento.
Me quedo sorprendida mientras abro la conversación. No son palabras, es una imagen.

"Buenos días, princesita."

Las letras bien marcadas en negro y en un puente. En ese momento veo incluso candados con nombres de parejas. Me hace gracia y no puedo evitar sonreír, e incluso soltar alguna que otra risita. ¡Se ha acordado! Una de esas noches de insomnio, en las que se habla de todo y expresas tus sentimientos más sinceros, le comenté que me hacía ilusión poner algún día un candado, aún sabiendo de sobra que eso no significa un amor duradero, ni una amistad. (El amor no siempre es de las parejas, también existe el amor de amistad.)

-Bueno, ¿me explicas qué está pasando? -en su voz se notaba un tono burlón. Sabe que eso solo me pasa cuando veo a un chico que me gusta.- ¡Espera, no hables, viene hacia aquí!

Y en ese jodido momento, yo deseo que la tierra se abra y me trague. Así que vuelvo a mirar de reojo, (esta vez con algo más de descaro) pero por el contrario veo que su grupo de amigos y él mismo, con las pizzas, ya se han ido en dirección opuesta a nosotros. Una carcajada (que hace que la gente que hay allí se gire hacia nosotros) de parte de Marcos.

-¡Eres demasiado ilusa, Android! -y ríe aún más, si eso es posible.

Se ha ganado una de mis peores miradas. Esas que si matasen, lo harían sin duda. Quiero mucho a mi hermano y más aún con todo lo que ha hecho por mí. Mis padres murieron cuando teníamos diez y dieciocho años. Pero él se hizo cargo y me ha cuidado genial, siempre ha estado muy pendiente de mi. En realidad estamos muy unidos... ¡Pero no puedo evitar odiarlo en este momento!

¡Espera, ahora hablamos, que voy a comer! *guiño*
Que aproveche. *corazoncito*

Aquí las pizzas tardan entre quince y veinte minutos, así que yo me alejo, dejando a Marcos ahí y me siento en la estatua, a los pies.

-¡Pues sí que tarda en comer! -la realidad no es esa, pero es que yo me pasaría hablando con él las veinticuatro horas al día, así que vuelvo a la carga, reclamando atención.

No te ahogues, pero ven ya, jo...
Que quiero hablar contigo *carita llorosa*
¡Ya estoy aquí, princesita!

¿Sabéis ese momento en el que alguien te "mata" con alguna palabra y solo sabes sonreír, porque no queréis estropear la situación? Este es uno de ellos. Aún recuerdo cómo le "conocí". No deberían existir esas comillas, pero aún hay gente que el término "conocer" significa un contacto visual, mínimo, pero yo a él no le he visto, no sé ni dónde vive. Muchos podrían pensar que me está engañando, ya que podría perfectamente, pero después de siete meses, hablar cada vez más, la confianza es más que notable.
Muchas veces él también da a entender que le alegra haberme conocido y eso hace que me sienta especial, aunque todo empezó muy raro, la verdad.

Me encanta nuestra casa- Papá y mamá sabían lo que se hacían. Todo estaba a oscuras, excepto el salón que contaba con una lámpara de pie encendida, que iluminaba toda la sala con una luz tenue. En ese instante estaba sonando "Payphone" de Maroon 5 en la radio. Como estaba sola, ya que Marcos estaba en la biblioteca de la universidad, no me importaba el volumen al que estuviera la radio (que estaba a tope.)
Encima de la mesa del ordenador, había un crêpe de nutella y nata (es lo único que sé hacer si nos salimos fuera de lo básico), el móvil, que de vez en cuando anunciaba un nuevo WhatsApp y una botella de agua.
Me encanta leer, así que no es raro encontrarme leyendo blogs por internet. Y esa tarde de un sábado frío y lluvioso, no iba a ser menos. Estaba leyendo la nueva adquisición de " sebusca1poeta.blogspot.com " ; "Mujeriego".

Una vez que terminé, justo en ese momento, un número desconocido me habló.

Hakuna Matata.

Mi sorpresa fue enorme, pero "El Rey León" es una de mis películas favoritas así que continué.

Vive y sé feliz.

Mi cara debía ser un poema. Porque aquel desconocido me corrigió y empezó a hablar "él solo". (Aunque yo no podía parar de mirar la pantalla del móvil.)

¡Primero es vive y deja vivir! ¡Que no tienes infancia! Qué fuerte...
¡Más fuerte es que ni siquiera te conozco! 

De nuevo, con una sonrisa, vuelvo a la normalidad. Mi hermano se acerca con la pizza. Y es que hay veces que una equivocación no tiene porqué ser un error.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Capítulo 1 :

-Buenos días, princeso.

No me gusta el término "príncipe". El otro día (bueno, ya hace algo de tiempo) lo descubrí. Pero sin embargo "princeso" le da un toque también muy cariñoso y a la vez infantil por el fallo que se produce en la misma palabra.
Y ahora, he vuelto a darle ese toque cariñoso e infantil. Ya lleva unos cuantos días sin darme siquiera las "buenas noches" (como sólo sabía hacer él) o por el contrario, decirme uno de esos "buenos días princesita" que venían dispuestos a sacarme una sonrisa, la que fuese la primera del día. 
Me he sumido tanto en mis pensamientos que no me he dado cuenta que mi hermano me está llamando. Nos llevamos ocho tristes años, pero no nos llevamos tan mal. Ayer decidimos que hoy íbamos a pasar el día juntos y lo vamos a empezar yendo a comer una de esas pizzas que están tan ricas de Santo Domingo.
Noto como su mirada se posa en mí, llegando a clavarse, mientras me escruta, cómplice conmigo. Me he bronceado bastante este verano y la ropa (con unos colores muy llamativos) destacan el color de mi piel, complementándose de maravilla.

-¡Por fin estás preparada, Android!

Arrugo la nariz, pero estoy muy risueña (aunque no hay un motivo aparente.) Sabe de sobra que ese apodo no es de mi gusto, pero si se lo vuelvo a decir, volverá a reírse y lo repetirá, con esa forma tan característica de separar cada sílaba mientras no puede evitar sonreír, a cada letra.

-¡A callar, pitufo!

Se queda parado. Me mira fijamente y gruñe. Yo también sé picar a la gente. Pero, como siempre que pasa esta situación, aprieto los labios para no reírme.

-¡Andrea, sabes que no me gusta lo de pitufo!

-¡Anda el otro! ¿Crees que a mí me gusta Android?

Y sin previo aviso, estallamos los dos en una carcajada. Nos suele pasar bastante. Salimos de casa, y como es algo (vale, es bastante) más alto que yo, pasa su brazo por mis hombros. Durante el camino me empieza a contar cosas sin sentido, hasta que nuestros móviles empiezan a sonar y nos separamos, mirando el WhatsApp.
¿Y si...? Una nueva ilusión hace que busque esa misma conversación. Nada. Ni se ha dignado a contestar. Lo que más me duele es que aparece que se ha conectado después de que le hubiese enviado el mensaje, lo cual significa que lo ha leído. Pero sigo sonriendo, ahora solo pienso en la pizza que me espera.

"Preciiiiiiiiiiiiiosa". Y ahí está ella, dejándose el dedo en la tecla, con tal de decir algo con lo que hacerme sonreír. Marcos también sigue sumido en sus conversaciones, pero parece algo más serio. Cuando nota que le estoy mirando, me sonríe, pero acto seguido vuelve a mirar el móvil.

-No recordaba las colas que había en esta pizzería...

Levanto la cabeza del móvil y asiento, corroborando lo que dice mi hermano Marcos, alias el pitufo. 

-¡Oh, por Dios! -no puedo evitar ponerme colorada y colocarme detrás de Marcos, el cual no entiende nada, pero en ese momento, no puedo explicárselo...

***
Pues cómo veis, he decidido empezar una nueva historia. Espero que os guste y recordad que este blog tiene puesto que cualquiera puede comentar, ¿os importa decirme las opiniones? 
También he de decir que este capítulo, es especial, así que va dedicado a una de las mejores amigas que tengo, la cual ha dado nombre a la protagonista y al mismo apodo.
¡Muchas gracias por todo!
miniLittleM.