¿Se debería continuar el blog?

viernes, 7 de septiembre de 2012

Capítulo 2 :

Los recuerdos asaltan en este momento mi cabeza. Entre el calor que hace y que más roja no puedo estar, las cosas no podrían ir peor. Vuelvo a mirar de reojo, asomándome desde la espalda de Marcos, el cual todavía no ha salido de su asombro. Pero el mismo sonido que me ha acompañado durante todo el camino, hace que lo olvide todo en ese momento.
Me quedo sorprendida mientras abro la conversación. No son palabras, es una imagen.

"Buenos días, princesita."

Las letras bien marcadas en negro y en un puente. En ese momento veo incluso candados con nombres de parejas. Me hace gracia y no puedo evitar sonreír, e incluso soltar alguna que otra risita. ¡Se ha acordado! Una de esas noches de insomnio, en las que se habla de todo y expresas tus sentimientos más sinceros, le comenté que me hacía ilusión poner algún día un candado, aún sabiendo de sobra que eso no significa un amor duradero, ni una amistad. (El amor no siempre es de las parejas, también existe el amor de amistad.)

-Bueno, ¿me explicas qué está pasando? -en su voz se notaba un tono burlón. Sabe que eso solo me pasa cuando veo a un chico que me gusta.- ¡Espera, no hables, viene hacia aquí!

Y en ese jodido momento, yo deseo que la tierra se abra y me trague. Así que vuelvo a mirar de reojo, (esta vez con algo más de descaro) pero por el contrario veo que su grupo de amigos y él mismo, con las pizzas, ya se han ido en dirección opuesta a nosotros. Una carcajada (que hace que la gente que hay allí se gire hacia nosotros) de parte de Marcos.

-¡Eres demasiado ilusa, Android! -y ríe aún más, si eso es posible.

Se ha ganado una de mis peores miradas. Esas que si matasen, lo harían sin duda. Quiero mucho a mi hermano y más aún con todo lo que ha hecho por mí. Mis padres murieron cuando teníamos diez y dieciocho años. Pero él se hizo cargo y me ha cuidado genial, siempre ha estado muy pendiente de mi. En realidad estamos muy unidos... ¡Pero no puedo evitar odiarlo en este momento!

¡Espera, ahora hablamos, que voy a comer! *guiño*
Que aproveche. *corazoncito*

Aquí las pizzas tardan entre quince y veinte minutos, así que yo me alejo, dejando a Marcos ahí y me siento en la estatua, a los pies.

-¡Pues sí que tarda en comer! -la realidad no es esa, pero es que yo me pasaría hablando con él las veinticuatro horas al día, así que vuelvo a la carga, reclamando atención.

No te ahogues, pero ven ya, jo...
Que quiero hablar contigo *carita llorosa*
¡Ya estoy aquí, princesita!

¿Sabéis ese momento en el que alguien te "mata" con alguna palabra y solo sabes sonreír, porque no queréis estropear la situación? Este es uno de ellos. Aún recuerdo cómo le "conocí". No deberían existir esas comillas, pero aún hay gente que el término "conocer" significa un contacto visual, mínimo, pero yo a él no le he visto, no sé ni dónde vive. Muchos podrían pensar que me está engañando, ya que podría perfectamente, pero después de siete meses, hablar cada vez más, la confianza es más que notable.
Muchas veces él también da a entender que le alegra haberme conocido y eso hace que me sienta especial, aunque todo empezó muy raro, la verdad.

Me encanta nuestra casa- Papá y mamá sabían lo que se hacían. Todo estaba a oscuras, excepto el salón que contaba con una lámpara de pie encendida, que iluminaba toda la sala con una luz tenue. En ese instante estaba sonando "Payphone" de Maroon 5 en la radio. Como estaba sola, ya que Marcos estaba en la biblioteca de la universidad, no me importaba el volumen al que estuviera la radio (que estaba a tope.)
Encima de la mesa del ordenador, había un crêpe de nutella y nata (es lo único que sé hacer si nos salimos fuera de lo básico), el móvil, que de vez en cuando anunciaba un nuevo WhatsApp y una botella de agua.
Me encanta leer, así que no es raro encontrarme leyendo blogs por internet. Y esa tarde de un sábado frío y lluvioso, no iba a ser menos. Estaba leyendo la nueva adquisición de " sebusca1poeta.blogspot.com " ; "Mujeriego".

Una vez que terminé, justo en ese momento, un número desconocido me habló.

Hakuna Matata.

Mi sorpresa fue enorme, pero "El Rey León" es una de mis películas favoritas así que continué.

Vive y sé feliz.

Mi cara debía ser un poema. Porque aquel desconocido me corrigió y empezó a hablar "él solo". (Aunque yo no podía parar de mirar la pantalla del móvil.)

¡Primero es vive y deja vivir! ¡Que no tienes infancia! Qué fuerte...
¡Más fuerte es que ni siquiera te conozco! 

De nuevo, con una sonrisa, vuelvo a la normalidad. Mi hermano se acerca con la pizza. Y es que hay veces que una equivocación no tiene porqué ser un error.

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