¿Se debería continuar el blog?

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Capítulo 1 :

-Buenos días, princeso.

No me gusta el término "príncipe". El otro día (bueno, ya hace algo de tiempo) lo descubrí. Pero sin embargo "princeso" le da un toque también muy cariñoso y a la vez infantil por el fallo que se produce en la misma palabra.
Y ahora, he vuelto a darle ese toque cariñoso e infantil. Ya lleva unos cuantos días sin darme siquiera las "buenas noches" (como sólo sabía hacer él) o por el contrario, decirme uno de esos "buenos días princesita" que venían dispuestos a sacarme una sonrisa, la que fuese la primera del día. 
Me he sumido tanto en mis pensamientos que no me he dado cuenta que mi hermano me está llamando. Nos llevamos ocho tristes años, pero no nos llevamos tan mal. Ayer decidimos que hoy íbamos a pasar el día juntos y lo vamos a empezar yendo a comer una de esas pizzas que están tan ricas de Santo Domingo.
Noto como su mirada se posa en mí, llegando a clavarse, mientras me escruta, cómplice conmigo. Me he bronceado bastante este verano y la ropa (con unos colores muy llamativos) destacan el color de mi piel, complementándose de maravilla.

-¡Por fin estás preparada, Android!

Arrugo la nariz, pero estoy muy risueña (aunque no hay un motivo aparente.) Sabe de sobra que ese apodo no es de mi gusto, pero si se lo vuelvo a decir, volverá a reírse y lo repetirá, con esa forma tan característica de separar cada sílaba mientras no puede evitar sonreír, a cada letra.

-¡A callar, pitufo!

Se queda parado. Me mira fijamente y gruñe. Yo también sé picar a la gente. Pero, como siempre que pasa esta situación, aprieto los labios para no reírme.

-¡Andrea, sabes que no me gusta lo de pitufo!

-¡Anda el otro! ¿Crees que a mí me gusta Android?

Y sin previo aviso, estallamos los dos en una carcajada. Nos suele pasar bastante. Salimos de casa, y como es algo (vale, es bastante) más alto que yo, pasa su brazo por mis hombros. Durante el camino me empieza a contar cosas sin sentido, hasta que nuestros móviles empiezan a sonar y nos separamos, mirando el WhatsApp.
¿Y si...? Una nueva ilusión hace que busque esa misma conversación. Nada. Ni se ha dignado a contestar. Lo que más me duele es que aparece que se ha conectado después de que le hubiese enviado el mensaje, lo cual significa que lo ha leído. Pero sigo sonriendo, ahora solo pienso en la pizza que me espera.

"Preciiiiiiiiiiiiiosa". Y ahí está ella, dejándose el dedo en la tecla, con tal de decir algo con lo que hacerme sonreír. Marcos también sigue sumido en sus conversaciones, pero parece algo más serio. Cuando nota que le estoy mirando, me sonríe, pero acto seguido vuelve a mirar el móvil.

-No recordaba las colas que había en esta pizzería...

Levanto la cabeza del móvil y asiento, corroborando lo que dice mi hermano Marcos, alias el pitufo. 

-¡Oh, por Dios! -no puedo evitar ponerme colorada y colocarme detrás de Marcos, el cual no entiende nada, pero en ese momento, no puedo explicárselo...

***
Pues cómo veis, he decidido empezar una nueva historia. Espero que os guste y recordad que este blog tiene puesto que cualquiera puede comentar, ¿os importa decirme las opiniones? 
También he de decir que este capítulo, es especial, así que va dedicado a una de las mejores amigas que tengo, la cual ha dado nombre a la protagonista y al mismo apodo.
¡Muchas gracias por todo!
miniLittleM.

5 comentarios:

  1. Me gusta bastante <3 pero sigue, porfi, que quiero enterarme D:

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  2. Y yo sé que esto será genial, porque alguien tan maravillosa no puede escribir nada malo...

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  3. Sabes que te adoro, ¿lo sabes? Bueno, ya vuelves a saberlo.
    ¡Te quiero! <3

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  4. Guapíiiiiiiiiiiisima! no sabía que escribías! Ahora mismo sigo con la historia de Andrea :)

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